Llegamos al tercer capítulo, y ecuador de la temporada, retomando la acción justo dónde terminó el último episodio.
Travis, su hijo y su ex mujer, que continúan refugiados en la barbería de los Salazar, descubren que en el edificio adyacente se ha originado un incendio, por lo que no les quedará más alternativa que huir en busca de la furgoneta para dirigirse a casa de Madison.
Al mismo tiempo, ella está intentando protegerse en casa, y para ello se dirigirá junto con Nick y Alicia a la casa de al lado para localizar el rifle que allí guardan sus vecinos.
Mientras corren entre los disturbios Griselda sufre una grave lesión, y tras una complicada huida, lograrán escapar del tumulto y ponerse rumbo a la casa de Madison.
Éstos, una vez ya están saliendo de la casa de sus vecinos con el rifle, descubren que el zombi de su vecino, el señor Dawson, está dentro de su casa justo en el mismo momento en que Travis está llegando con la furgoneta. Siendo conscientes del peligro corren para avisarle. Al mismo tiempo, Alicia descubre que se han olvidado de los cartuchos del arma, por lo que decide volver a buscarlos.
Cuando Travis entra en la casa buscando a Madison descubre al señor Dawson devorando a su perro. Mientras tanto, Alicia encuentra los cartuchos pero descubre horrorizada el zombi de su vecina, que la persigue y apunto está de morderla. Será el hijo de Travis quien, en última instancia, la ayude a evitarlo.
Finalmente, Daniel, dispara a quemarropa al señor Dawson para salvar la vida de Travis.
Una vez reunidas las tres familias deciden pasar la noche y huir hacia el desierto a la mañana siguiente, aunque la familia Salazar parece tener otros planes. A colación de eso, descubriremos que las heridas sufridas por Griselda durante la huida no son tratables con los recursos de los que disponen.
A la mañana siguiente Madison está a punto de eliminar al zombi de su vecina para evitar que en caso de que el marido de ésta vuelva a casa pueda ser mordido por el zombi de su esposa, pero Travis la detiene. Acto seguido, parten rumbo al desierto a excepción de los Salazar, que permanecen instalados en la casa.
A penas avanzados unos metros Madison observa que el marido de su vecina está llegando a la casa, por lo que rápidamente decide dar media vuelta para evitar que sea mordido por el zombi que allí le aguarda.
Madison no va llegar a tiempo. Justo en el último momento, y antes de poder ser mordido, un disparo atraviesa la cabeza del zombi, que se desploma en el suelo.
Súbitamente soldados del ejército empiezan a acordonar la zona y a interrogar a la familia, que ahora ya parece no poder abandonar el vecindario.
Estamos ante un episodio que sin aportar demasiados cambios respecto al episodio anterior, y no desvelar mucho de lo que nos espera en el futuro de la trama, es bastante correcto.
La tensión está bien llevada en general, y a eso ayuda el hecho de poder ir viendo más caminantes amenazando a los protagonistas y ver como la ciudad se sume en el caos. No obstante, echamos de menos más momentos de ese tipo.
También me ha gustado la disparidad de personalidades que vamos viendo a medida que se van presentando a los nuevos personajes, y el juego que se establece con el espectador a través de ellos, ya que vamos observando como cada uno se enfrenta, a su manera, a lo que está ocurriendo. Y eso nos hace intuir el drama al que se enfrentarán a medida que todo se desmorone. En ese sentido, Travis, que parece ser la brújula moral de la serie será quien más deba cambiar si quiere sobrevivir y proteger a los suyos.
Por contra, algunos personajes siguen sin tener demasiada personalidad y eso se acusa en el conjunto global.
Dirección: Adam Davidson
Guión: Jack LoGiudice
Nota: 6/10
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